martes, 2 de mayo de 2017

Cuando se acaba el fin de semana.





Si hay un día que yo espero con todas mis ganas, es el viernes. El viernes me abre la oportunidad única de estar días libres con mis hijos y mi esposa.

Todo inicia el viernes a las 5 pm, cuando ya he regresado de un viaje en automóvil de casi 2 horas para llegar a mi casa. Preparamos el café (que ahora lo hago molido porque me sabe mejor), al que le sumamos un pan recién horneado o unas galletas que mi esposa ha preparado. Ellos toman jugo y el más pequeño insiste en subirse primero a la silla para tener su propio plato y comer todo lo que quiera (ya le hemos introducido la cuchara y la agarra muy bien).

El cansancio en mi esposa es evidente, el día de trabajo agota y en una realidad en la que compaginar vida laboral y familiar es complicado; su cara, el tono de su voz y la pancita que carga a nuestra hija, me invitan a apurarme para que podamos descansar temprano.

Lavar dientes, las manos... las piernas del más futbolero están llenas de tierra, no se puede acostar así, entonces al agua pato... pero agua tibia, cuidado la fría porque genera unos llantos audibles a varios kilómetros a la redonda (algún día ha tocado agua fría y no ha habido más remedio que bañarnos así).

El silencio arropa la noche, hemos logrado que todos duerman desde las 7 p.m. pero a alguno de los tres, siempre le hace falta algo, y unas horas después nos llamará pidiendo agua, pidiendo ir al baño o pidiendo que lo alcen unos minutos.

Ahí, es cuando mi tiempo se detiene el fin de semana, cuando en horas de la madrugada, alguno pide que lo alcen. Alzar a mis hijos es sinónimo de un abrazo corazón a corazón, es escuchar su respiración y rezar por cada uno de ellos. Es pensar en tantos niños que viven solos, en tantos que no pueden recibir el consuelo de un abrazo paterno porque son víctimas del divorcio, o de un trabajo extremo que le impide tener a su papá cerca para tener un simple consuelo. Un padre, hombre, macho, masculino, XY, es un protagonista en la vida de sus hijos.

Sábado y domingo... los días empiezan temprano con un "papá, mamá, ya es de día". -Sí es de día pero son las 5 a.m., hay que dormir un ratito más. Desayuno, juegos, merienda, mandados, compras, almuerzo, el cumpleaños de la abuelita, almuerzo, café, película, cena y si se puede más, ellos tienen más ideas: fútbol, más pelis, cuentos, helados en la POPS, reciclar, pintar, cortar, hacer collages... un día de 24 horas no alcanza.

Domingo (iniciamos 5 a.m.), viene la misa al rato y todo lo que una tarde de domingo encierra.

Se entremezcla la alegría con la nostalgia de una semana que inicia, una semana que por razones laborales, nos alejan de casa 55 horas y solo puedo estar con ellos 10 horas entre lunes y viernes... apenas para el café de la tarde, la dormida y la bañada del día siguiente para ir a la escuela.

El más pequeño me acompaña un rato más, el rato que ocupo para llevarlo a casa de mi suegra, quién lo cuida con todo el cariño del mundo y mi suegro, que lo abraza con tanto cariño que me voy "tranquilo", concentrado en mi familia.

Al rato me pregunto si mi esposa habrá llegado a tiempo a su trabajo. Una gama increíble de pacientes la espera y una seguridad social que no se da cuenta de que es mamá de cuatro y que su nivel de trabajo y profesionalismo necesitan al menos que su realidad laboral reconozca su sobreesfuerzo y su sacrificio por conciliar el trabajo y la familia.

Con ella hablaré de esto y más cada noche y hasta que el sueño nos gane y nos deje escuchar otra vez: "papá, mamá, ya es de día".




viernes, 14 de abril de 2017

Papá de una familia numerosa.


He conocido, desde hace ya más de 10 años, a padres de familia con muchos hijos (5, 7, 12, etc). Y lo que siempre me han generado es una especie de sorpresa, admiración, extrañeza y envidia. Quizás tenga que explicar un poco lo de la envidia pero solo diré que no es envidia así como la conocemos, sino algo más; un deseo personal que nace desde muy adentro de llegar a ser yo, padre de familia numerosa y enfrentar los retos que esto supone en este tiempo que nos toca vivir.

Hoy el promedio de hijos por familia en Costa Rica es de 1,9 nacimientos por familia, de modo que no me equivoco en decir que ya con dos hijos, podemos estar hablando de una familia numerosa. Y a la luz de esta realidad, me he pensado algunos consejos para quién enfrenta hoy el reto y la alegría de ser papá de familia numerosa:

1-Enamórate cada vez más de tu esposa, es la clave para iniciar esta faena sin desfallecer.

2-Mírate como el ser humano integral que eres y reconoce que necesitas crecer más en temas de vida interior. Dedica un tiempo a la meditación, a la oración.

3-Nadie nace aprendido en esto de ser papá, busca la experiencia de tus padres y amigos con más experiencia y dales la importancia relativa a sus consejos porque finalmente, lo que sirvió para ellos, no necesariamente te servirá a ti pero sus ideas ayudan a tomar decisiones.

4-Inscríbete en un máster en matrimonio y familia que de manera estructurada y académica, te actualice y te forme criterio amplio sobre la familia, sobre tu familia.

5-Estudia tu entorno familiar en una estrategia 360º: mira a tu familia desde adentro, desde afuera, estudia a cada hijo, a tu esposa, sus ideas, sus pensamientos pero no como el francotirador que observa para luego lanzar un regaño o una crítica destructiva, sino como el que sabe que nadie más va a hacerlo con todo el cariño y dedicación del mundo. Si toca corregir, hazlo con cariño, con equilibrio emocional y a solas.

6-La economía familiar te exigirá que tarde o temprano, generes más ingresos para sostener a los tuyos, de modo que mientras más rápido inicies una idea de negocio, y empieces a generar ganancias, podrás asegurar más a tu familia y el estrés de la llegada de un nuevo hijo, será solo el necesario para ayudarte a ser un mejor padre. El dinero no lo es todo pero como ayuda en el proceso de hacer de tus hijos más y mejores personas.

7-Dedica un tiempo a cada hijo por aparte: hay que escaparse con cada uno a un sitio en donde el ambiente facilite la comunicación y la confianza. Un autor español (Alvaro González Alorda) insiste en asegurar que nos jugamos la vida en las conversaciones que tenemos y en las que no tenemos de modo que, sacar el rato para conversar uno a uno, será un arte que tendrás que aprender a cultivar más y mejor cada día.

8-Escápate con tu esposa con cierta regularidad y descubran juntos nuevos lugares, nuevas experiencias gastronómicas, vete a la luna de vacaciones, hagan deportes extremos... no sé pero escápate.

Completaré las ideas luego, en este momento mis cuatro hijos están con fiebre y toca dar el medicamento.

sábado, 1 de abril de 2017

Semana de Pascua en Guápiles

Me volvi a escapar a la casa de mis padres en Guápiles, ya confesé que este sitio encierra mucho de lo que me hace pensar y me hace recordar.

He caminado como nunca por las calles de esta ciudad tan caliente, he leído, he hecho deporte, he visitado a amigos y me he metido en las salvajes montañas de la Universidad EARTH, en donde se nos ha caído Jacobo por un risco y casi se nos va... dichosamente encontramos un veterinario y el pobre labrador ya esta descansando y en recuperación.

Me he topado además con "la barrera mental y de visión que genera el vivir en un lugar alejado del centro del país, de la realidad del mundo", eso lo extrapolo de los comentarios de Emanuel Paniagua, Ingeniero en Sistema de INTEL que recién ha regresado de Malasia y gran amigo mio.

Y es que regresar al pueblo en donde todo parece ir lento y en donde la velocidad de intercambio de bienes y servicios va como a cuenta gotas, me sorprende inicialmente y finalmente me preocupa.

Y me preocupa porque la velocidad del mundo es distinta a la de mi pueblo, porque el impacto de los buenos negocios y de las buenas iniciativas sociales que existen en este país, parecen no llegar.

Viaje sobre el cielo. Playa Curú, CRC


Me fui este fin de semana a Playa Curú (que por cierto no sale ni en Google maps). Es una reserva privada que además de playa, arena y sol, resguarda interesantes proyectos de conservación de especies en peligro de extinción.

Me decidí a tener una buena experiencia manejando kayak a unos 300 m de la playa, y puedo asegurar que era como viajar sobre el cielo. Apenas unos metros ya adentro no logramos ver más que el verde azulado del agua del lugar.

En ese preciso instante, cuando la adrenalina sube y uno quiere contarle a todo el mundo que ha encontrado el paraíso, me acordé que solo llevaba mi cámara digital y mi buena memoria, para hacer trascendente el momento.

Idealmente hubiera deseado que mi iPod captara alguna super señal satelital que le dejara conectarse a internet y así hacer eterno el momento in situ... no obstante, tengo que conformarme con escribir este mensaje horas más tarde de la travesía y adjuntar alguna foto y video que todavía resguardan mi paso por el cielo de hoy por la mañana.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Un matrimonio que ama la vida humana.

En lo práctico y sin considerar otras variables, diría que ser un matrimonio abierto a la vida es no utilizar ningún método anticonceptivo que impida el inicio de una nueva vida después de una relación conyugal.

Buscando un poco más y considerando más variables, se puede pensar en las miles de ocasiones que matrimonios jóvenes que usan pastillas o acuden al preservativo, han impedido que la posibilidad de una vida nueva llegue.

Lo anterior no será tan grave como el aborto (sin considerar que el uso de pastillas implica que se puedan presentar abortos sin que la pareja se dé cuenta de ello), pero de cierto modo, eliminar la posibilidad de que una nueva vida pueda iniciarse, es también impedir que la alegría de compartir la vida con "el amor eterno", se extienda y lleve a una vida matrimonial plena y fecunda.

Si se buscan justificantes para que un matrimonio opte por el uso de anticonceptivos, se podría acudir a los altos costos del nivel de vida, también el hecho de que ambos cónyuges trabajen con horarios exagerados y si se hila más profundo, algunos coincidirán en que "no me siento preparado para asumir la llegada de un bebé".

En el fondo se podría elucidar alguna actitud de egoísmo, de autoponerse en el centro de la vida familiar y de eliminar de la escena esa posibilidad de una vida humana.


lunes, 25 de agosto de 2014

A dos años del nacimiento de nuestro primer hijo y a 8 días del mes 7 de nuestro segundo pequeño

Con la inocencia oculta llegaste al mundo entre alegrías,
con la firmeza y la seguridad de renovar con tus manos lo cotidiano
y hasta lo efímero fue eterno y en cada gota de luz dejaste tu estela.

La belleza fue tomando forma en tus manos
y la inteligencia fue más que una simple virtud,
fue esencia de lo real y lo sublime 
y transformas al mundo
y me transformas a mí,
mujer, fémina, hija del sol, hija de Dios.

Y prorrumpiste en lo establecido 
y rompiste paradigmas antes inviolables,
y siendo solo así, única, mujer.

No cambiaste tu apariencia, 
no cambiaste tu sonrisa, 
no caminaste a prisa para lograr con tu suave caricia,
lo que logran los batallones de guerra más osados y violentos:
una victoria límpida y eterna.

Es tu mano luchadora, 
mano de madre, de novia, de esposa;
y tu mano es auténtica, dulce y sencilla
y con ella limpias mi llanto, sanas mi alma, abrigas mi espalda...

Que cortas encontré las palabras para decirte hoy que eres única, 
que espantas mis miedos más profundos
y que llenas de luz mi rostro y me arrullas 
y ya no quiero nada más en el mundo.

Oh mujer llévame de nuevo,
a tus manos campesinas, a tus manos luchadoras, 
a tu piel multicolor y tu cabello multiforme, 
no abandones mi súplica
y lleva como prendedor mi mirada de niño 
que no te pierde de vista porque te necesita.

Por Franklin Binns

lunes, 10 de diciembre de 2012

Del amor y otras locuras.

      
      Siempre me dieron ganas de transformar a mi entorno, mi colegio, mi familia, mi casa y hasta a mi universidad.

       Pensaba que el cambio se gestaba desde afuera, me explico: con la organización de actividades que despertaran la pasión y el interés de la gente que me rodea y esto con la única finalidad de hacer que las cosas pasen, que las cosas se den, que las organizaciones respondieran positivamente al cambio (ojalá radical), que proponían los expositores; todos de gran calibre intelectual y humano.

       Esa "estrategia", que además me ha deparado much@s detractores de mis ideas, entre ellos colegas de trabajo, gente con la que se trabaja hombro a hombro; también me ha llevado a evolucionar, me ha llevado a descifrar que el verdadero cambio se gesta desde adentro, desde la misma esencia de cada uno.

     Un graffiti de mi colegio decía: el que quiera mover al mundo, que se mueva primero. Un santo contemporáneo indicaba: 

    Bendita perseverancia la del borrico de la noria! -Siempre al mismo paso. Siempre las mismas vueltas. - Un día y otro: todos iguales.

       Sin eso, no habría madurez en los frutos, ni lozanía en el huerto, ni tendría aromas el jardín....

     Y hoy más que nunca sé que los cambios se gestan desde adentro y esos cambios radicales se dan dentro de los más profundo del ser mismo, de manera que, luego de la lucha interior por ser mejor, un espíritu deportivo y una buena sonrisa son ese catalítico y conductor del cambio.

   


A la Luna de dos años

  Que me inspiras la vida.  Hoy te he visto un segundo, una hora, un día completo. Hoy tengo el privilegio de cuidarte, de ser tu guardian, ...