En lo práctico y sin considerar otras variables, diría que ser un matrimonio abierto a la vida es no utilizar ningún método anticonceptivo que impida el inicio de una nueva vida después de una relación conyugal.
Buscando un poco más y considerando más variables, se puede pensar en las miles de ocasiones que matrimonios jóvenes que usan pastillas o acuden al preservativo, han impedido que la posibilidad de una vida nueva llegue.
Lo anterior no será tan grave como el aborto (sin considerar que el uso de pastillas implica que se puedan presentar abortos sin que la pareja se dé cuenta de ello), pero de cierto modo, eliminar la posibilidad de que una nueva vida pueda iniciarse, es también impedir que la alegría de compartir la vida con "el amor eterno", se extienda y lleve a una vida matrimonial plena y fecunda.
Si se buscan justificantes para que un matrimonio opte por el uso de anticonceptivos, se podría acudir a los altos costos del nivel de vida, también el hecho de que ambos cónyuges trabajen con horarios exagerados y si se hila más profundo, algunos coincidirán en que "no me siento preparado para asumir la llegada de un bebé".
En el fondo se podría elucidar alguna actitud de egoísmo, de autoponerse en el centro de la vida familiar y de eliminar de la escena esa posibilidad de una vida humana.
Buscando un poco más y considerando más variables, se puede pensar en las miles de ocasiones que matrimonios jóvenes que usan pastillas o acuden al preservativo, han impedido que la posibilidad de una vida nueva llegue.
Lo anterior no será tan grave como el aborto (sin considerar que el uso de pastillas implica que se puedan presentar abortos sin que la pareja se dé cuenta de ello), pero de cierto modo, eliminar la posibilidad de que una nueva vida pueda iniciarse, es también impedir que la alegría de compartir la vida con "el amor eterno", se extienda y lleve a una vida matrimonial plena y fecunda.
Si se buscan justificantes para que un matrimonio opte por el uso de anticonceptivos, se podría acudir a los altos costos del nivel de vida, también el hecho de que ambos cónyuges trabajen con horarios exagerados y si se hila más profundo, algunos coincidirán en que "no me siento preparado para asumir la llegada de un bebé".
En el fondo se podría elucidar alguna actitud de egoísmo, de autoponerse en el centro de la vida familiar y de eliminar de la escena esa posibilidad de una vida humana.