Me decidí a tener una buena experiencia manejando kayak a unos 300 m de la playa, y puedo asegurar que era como viajar sobre el cielo. Apenas unos metros ya adentro no logramos ver más que el verde azulado del agua del lugar.
En ese preciso instante, cuando la adrenalina sube y uno quiere contarle a todo el mundo que ha encontrado el paraíso, me acordé que solo llevaba mi cámara digital y mi buena memoria, para hacer trascendente el momento.
Idealmente hubiera deseado que mi iPod captara alguna super señal satelital que le dejara conectarse a internet y así hacer eterno el momento in situ... no obstante, tengo que conformarme con escribir este mensaje horas más tarde de la travesía y adjuntar alguna foto y video que todavía resguardan mi paso por el cielo de hoy por la mañana.
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