lunes, 10 de diciembre de 2012

Del amor y otras locuras.

      
      Siempre me dieron ganas de transformar a mi entorno, mi colegio, mi familia, mi casa y hasta a mi universidad.

       Pensaba que el cambio se gestaba desde afuera, me explico: con la organización de actividades que despertaran la pasión y el interés de la gente que me rodea y esto con la única finalidad de hacer que las cosas pasen, que las cosas se den, que las organizaciones respondieran positivamente al cambio (ojalá radical), que proponían los expositores; todos de gran calibre intelectual y humano.

       Esa "estrategia", que además me ha deparado much@s detractores de mis ideas, entre ellos colegas de trabajo, gente con la que se trabaja hombro a hombro; también me ha llevado a evolucionar, me ha llevado a descifrar que el verdadero cambio se gesta desde adentro, desde la misma esencia de cada uno.

     Un graffiti de mi colegio decía: el que quiera mover al mundo, que se mueva primero. Un santo contemporáneo indicaba: 

    Bendita perseverancia la del borrico de la noria! -Siempre al mismo paso. Siempre las mismas vueltas. - Un día y otro: todos iguales.

       Sin eso, no habría madurez en los frutos, ni lozanía en el huerto, ni tendría aromas el jardín....

     Y hoy más que nunca sé que los cambios se gestan desde adentro y esos cambios radicales se dan dentro de los más profundo del ser mismo, de manera que, luego de la lucha interior por ser mejor, un espíritu deportivo y una buena sonrisa son ese catalítico y conductor del cambio.

   


A la Luna de dos años

  Que me inspiras la vida.  Hoy te he visto un segundo, una hora, un día completo. Hoy tengo el privilegio de cuidarte, de ser tu guardian, ...