domingo, 1 de abril de 2018

Cuando nos atrape la ola progresista.

Para entender la dinámica del mundo actual, me quedaría con un resumen que ya el Cardenal Ratzinger nos recordaba:


El hombre moderno, con su ateísmo, ha intentado excluir de la visión de sí mismo lo que representa la existencia de Dios.
El hombre moderno, con su materialismo, ha pretendido excluir las exigencias para su propia vida, de reconocer que es también un ser espiritual.
Finalmente, el hombre moderno con la ideología de género, está negando su propio cuerpo.
Ya sin Dios, sin alma y sin cuerpo, el hombre moderno es un ser que se crea a él mismo: es Dios.

Y ese pseudoprogresismo que abandera actos moralmente incorrectos y les da valor político, hoy toma fuerza porque ya sin una referencia real y directa al Bien y la Verdad: Dios creador de todo, incluso enredando el mensaje original de Dios creador, pierde el matiz: la exigencia de una vida buena cara a Dios y cara a los hombres.

La coherencia de vida es concebida como algo que vives dentro de tus 4 paredes de la casa pero que la salir a la calle, te lo guardas para "legislar" justamente sin excluir a nadie o que cede ante el simple argumento de que el mundo cambia y hay que adaptarse a los nuevos valores.

La castidad como un bien positivo en sí mismo, es cualquier cosa menos eso: un bien.

La vida humana ya no como un absoluto, sino un relativo a cualquier cosa.

Y así, se va impregnado el mundo, la familia, las instituciones, la gente misma, de un cierto relajamiento moral que debilita las bases más fundamentales que la dimensión humana había reconocido ya como buena.

Costa Rica se ha introducido desde hace ya rato, en ese mundillo progre que hace eclosión en los últimos 4 años de gobierno y en los próximos 4 años que se vienen: el aborto, la ideología de género, la FIV, la corrupción sistematizada, entre otros que serán de seguro reconocidos como derechos fundamentales y diremos, en algún momento que no llegaremos a ver: por qué nos volvimos a equivocar? y volveremos los ojos a Dios para rezar y pedir perdón.

A la Luna de dos años

  Que me inspiras la vida.  Hoy te he visto un segundo, una hora, un día completo. Hoy tengo el privilegio de cuidarte, de ser tu guardian, ...