jueves, 22 de noviembre de 2018

Un nota de hace más de 10 años.

Me mueve el ejemplo de San Josemaría.
Mis padres son de Siquirres (Limón). Nacieron allí, fueron a la misma escuela, al mismo colegio y después de terminar el colegio se casaron. Por razones de trabajo hoy viven en Guápiles. Mi abuelo paterno fue   munícipe, y durante muchos años apoyó a los jóvenes deportistas de la zona y sus estudios. Dirigió durante varios años la selección de fútbol masculina del Colegio Agropecuario de Siquirres, la selección cantonal y de Juegos Nacionales.Aprendí mucho del espíritu  cívico y deportivo de mi abuelo.
Realicé mis estudios universitarios en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica (UCR) y recientemente realicé una pasantía en la Universidad Albert-Ludwig en Friburgo (Alemania) como parte de mi maestría en Química Orgánica.
Conocí el Opus Dei cuando al iniciar mis estudios universitarios viví en el Centro Universitario Miravalles, un centro que, entre otros programas desarrolla uno de residencia universitaria  para estudiantes que no viven en San José (Costa Rica). Allí, además de recibir las atenciones básicas de alimentación y vivienda, los que quieren pueden recibir una formación cristiana en un ambiente de familia, de comprensión y respeto, en donde también se aprende a convivir con gente de distintas culturas, pensamientos y gustos.
Conforme pasaban los años durante mi estadía en Miravalles, sabía que varios de los residentes, además de sus estudios universitarios y de la organización de las actividades propias de la residencia y de participar en actividades universitarias extracurriculares, se levantaban temprano para hacer un rato de oración y luego asistían a la Santa. Misa. Todo esto llamaba mi atención y me preguntaba: ¿Cómo es que nunca se les ve tristes?, ¿Cómo es que siempre tienen tiempo para ayudar a estudiar a otros y además sacar adelante sus responsabilidades universitarias?
Con el tiempo, cuando tenía 22 años –ahora tengo 24- gracias al ejemplo de varios de mis amigos pedí la admisión a la Obra como supernumerario y desde entonces mi vida ha tomado un rumbo distinto. La formación cristiana intensa, el tratar de ofrecer una amistad sincera a mis colegas de trabajo, el esfuerzo por servir a los demás desde mis estudios universitarios… en fin,  hago el intento de que el ideal de buscar a Dios a través de mis estudios y de mis ocupaciones ordinarias  marque el paso de mi día. Muchas cosas las hago pensando también en  la grandeza del matrimonio para prepararme mejor cuando llegue el momento de fundar un hogar.

Durante mi pasantía en la Universidad Albert-Ludwig (febrero-julio 2007),   un grupo interdisciplinario de varios estudiantes trabajamos en el desarrollo de ensayos “in vitro” con nuevos medicamentos de origen natural que sean efectivos contra algunas líneas celulares carcinogénicas. El trabajo en el laboratorio consistía en realizar una parte experimental y además, la revisión bibliográfica relacionada con el tema en estudio; eso hacía que gran parte del tiempo tenía que estar cerca del computador revisando artículos científicos. En tales actividades y gracias a las enseñanzas de San Josemaría, me he dado cuenta cómo en la investigación uno también puede contribuir a la sociedad y con un trato sencillo y una amistad verdadera se puede  ayudar positivamente en los compañeros de trabajo para que lleven a una vida cristiana coherente o por lo menos piensen más en los demás.
Tuve la oportunidad, mientras estudiaba en la universidad alemana,  también de estar más al día con lo que ocurría en muchas partes del mundo. Aproveché para leer documentos como la carta post-sinodal Sacramentum caritatis que el Santo Padre publicara hace ya algún tiempo. Recuerdo aún las conversaciones con mis amigos alemanes y algún croata sobre este tema.
También, recién llegado a Alemania conocí a un coreano que está haciendo sus estudios posdoctorales en esta misma universidad. El ver una estampa de San Josemaría que llevaba conmigo, dio pie para que me preguntara sobre la Obra. El había oído hablar  del Opus Dei  en su país pero sin llegar a tener una idea clara de lo que era. Como mediaba la barrera lingüística de por medio -no logro sostener conversaciones más que en castellano e inglés y él hablaba perfectamente coreano y alemán- le comenté que conocía un sacerdote que le podría explicar en alemán qué es el Opus Dei. Concertamos una reunión y mi amigo sacerdote nos atendió una tarde. Con naturalidad y sencillez, le explicó en pocas palabras al Dr. Park –así se llama mi amigo coreano-, el espíritu de la Obra. El Dr. Park me comentó después que había quedado muy contento con la conversación. Entramos a la página web de la Obra en coreano y en alemán para leer más sobre las labores y sobre San Josemaría. Le invité a un retiro.
De mi paso por el sur de Alemania aprendí  a valorar mucho más  mi fe. Hay muchas iglesias y además una devoción grande a la Virgen. Tuve la posibilidad de asistir diariamente a la Santa Misa. Noté la poca presencia de gente joven en la Misa diaria -también es así en Costa Rica-. Eso me ha llevado a rezar más por la recristianización de tantos lugares que van perdiendo su identidad cristiana y a hacer más apostolado. Por otro lado, me sorprendió en algunos de  mis amigos católicos alemanes, croatas, polacos y  coreanos,  lo bien que saben explicar y proponer las enseñanzas de la Iglesia, con mucha audacia y con sentido de pertenencia. Al regresar a Costa Rica he procurado seguir en contacto con ellos por e-mail.
Actualmente comienzo a   trabajar con  una entidad afiliada a la Universidad de Costa Rica, revisando patentes de medicamentos. Hace poco me reuní con un grupo de universitarios para comentarles de mi experiencia académica en Alemania y de mi viaje a Roma durante la Semana Santa pasada (2007) donde tuve la dicha de escuchar al Papa, de estar en una tertulia con el Prelado de la Obra y de rezar en la Iglesia Prelaticia del Opus Dei, donde reposa el cuerpo de San Josemaría. En el futuro espero seguir ahondando en la investigación contra el cancer para aliviar y traer esperanza a tantas personas aquejadas por este mal. Me mueve  el ejemplo de San Josemaría que siempre se ocupó de los enfermos y de los que sufren.

https://opusdei.org/es-cr/article/me-mueve-el-ejemplo-de-san-josemaria/

domingo, 11 de noviembre de 2018

Educar para la vida con suculentas.


Recién me encontré con una de las sobrinas de mi esposa, en casa de mi suegra (su abuelita), en horas en las que se suponía debería estar en la escuela. Iba yo a dejar a dos de mis cinco hijos para que pasaran el día con los "Titos" y su prima.

Me contaba mi suegra, que ella (la nieta), lleva ha casi dos meses sin ir a clases porque los maestros de las escuelas púbicas están en huelga y aunque quisiera hablar de eso en este momento, no lo voy a hacer y contaré lo que mi suegra me ha dicho, es su rutina con su nieta durante esas horas.

Me ha contado mi suegra, con cierto guiño de orgullo, que han establecido una rutina de siembra de plantas suculentas, y que le ha enseñado el oficio de sembrarlas y hacerlas que "peguen" y que se vean agradables a la vista y al gusto del cliente. Sí, del cliente. He escrito eso porque resulta que Elena las vende después de hacer el trabajo necesario para que queden bien presentables, bien bonitas, como le está enseñando su "Tita".

Y sin dejar de lado, el trabajo de los papás de Elena, que me consta es un esfuerzo heroico por dar lo mejor por sus hijas; he pensado que a pesar de esos días sin escuela, tal vez Elena está recibiendo desde el puchero de su Tita, la mejor y más trascendente lección del mundo.

Supongo que alguien pensará que esa herencia, esa enseñanza es la de cómo hacer un negocio y no trabajar para otros pero eso es solo una consecuencia de una lección mayor: la de hacer siempre bien las cosas, con perfección humana y si se quiere: cara a Dios.

Los niños son el futuro de un país que tiene crisis inmediatas de valores y virtudes. Bravo por los abuelos.




martes, 21 de agosto de 2018

Los retos de la familia moderna.

La era progresista, esa que ha malentendido la naturaleza propia de lo humano y lo divino, lleva años impregnando de su olor molesto y particular a las realidades más elementales de la sociedad actual.

Las ideologías, muy propias de nuestros tiempos, tienen la ventaja de ser como las cucarachas: se meten en cualquier rendija. Se caracterizan por disminuir las realidades más honestas a minúsculas explicaciones tan convincentes que terminan convenciendo hasta al más ignorante.

En una sociedad, llena de hombres y de mujeres, en dónde se ha banalizado la institución más importante, como es la familia, de uno y una y para siempre, se corre el riesgo de irse alejando poco a poco de esa verdad tangible y perenne en todo lo humano: la vida, la familia, la ciencia, la educación, etc y de Dios.

Se presenta la ideología de género, como la falacia intelectual que es; como la adalid del progresismo en muchos sitios del mundo y Costa Rica no se aleja de esa ola. Esa ola ha sido introducida sistemáticamente por la agrupación política: Acción Ciudadana que en los últimos años ha gobernado Costa Rica y seguro estoy que si el PAC no la hubiera tomado como bandera de pseudoprogresismo, la hubiera tomado cualquier otro partido político y pienso eso porque la era de la izquierda y la derecha, ya pasó, y precisamente la ideología de género la defienden gente de derecha y gente de izquierda, de modo que este fenómeno ideológico-político, al no vender un modelo de estado o un modelo financiero sino un modelo de ser humano, se está convirtiendo, nuevamente, en un sistema político que se mete a legislar en los temas propios de la libertad de cada uno... se vuelve a meter el estado en la cama de las familias, de los ciudadanos.

La ideología de género no trata de manera honesta sobre las realidades de los lobbies LGTBI, trata sobre la imposición sistemática de un modelo de ser humano. Ese ser humano, en su esencia más elemental como lo es su sexualidad, puede considerar (dentro de los planteamientos de género), que su anatomía y genética no le dice mucho sobre lo que realmente es, pues el factor cultural es el que más influye en como esa persona autopercibe su sexualidad y además no es algo fijo, una vez lo haya descubierto, es algo cambiante al son de las percepciones interiores de cada uno. Y bueno, esto último de seguro le pasaba a varias personas antes de la promoción activa de la ideología de género por el gobierno y sus ONGs satélites, pero ocurría en el ámbito de la libertad de cada persona y no como una imposición ideológica promovida por el gobierno de turno.

Ese cuento ideológico, ha sido introducido y promovido por organizaciones muy respetables, que han sabido ceder a las ideologías de organismos o personas con mucha influencia política y económica en el mundo. Esas organizaciones en principio, promotoras de los derechos humanos, se han ideologizado al punto de querer influir en todos los países que todavía ponen resistencia a las políticas absurdas de la ideología de género; por cierto, Costa Rica esta en ese estire y encoge con el famoso Pacto de San José y la CIDH.

Estos primeros párrafos que nos ponen en un contexto poco alentador puesto que un estado que se mete en la intimidad humana, es algo ya deporsí muy malo, son también el motivo de establecer una serie de retos para la familia que tiene la intuición de que la ideología de género no es precisamente algo muy sano para la sociedad.

Si ud es padre de familia y comparte conmigo esa convicción o al menos, tiene la intuición de la ideología de género no huele bien para el modelo de vida que ud quiere para sus hijos, estos retos pueden ser el comienzo de un nuevo modo de hacer las cosas:

1-Ser los mayores promotores de una vida que lucha por ser coherente con las virtudes y valores más fundamentales. Yo sugeriría, empezar por mejorar la virtud de la castidad y la fidelidad matrimonial y no tener miedo a ser ejemplo de vida para los hijos y los vecinos.

2-Convertirse en expertos en sexualidad y afectividad, entendidas como las ciencias humanas que nos enseñan el camino ordenado de entender las pasiones.

3-Conocer más de los principios fundamentales de la existencia de un Dios creador del mundo.

4-Tener la valentía de cuestionar todo lo que tenga que ver con la promoción activa de la ideología de género y no quedarse en el sentimentalismo superficial.

Sé que hay más retos posibles pero mis situaciones particulares y las experiencias y desórdenes de vida que he notado en el ambiente de mi trabajo, me llevan a tener estos más presentes.






lunes, 23 de julio de 2018

¿Por qué no estudiar Farmacia en la UCR?

Recién se consultaba en Facebook lo siguiente:



A lo que yo, muy sinceramente respondí:



Días después, el comentario tenía más de una veintena de opiniones llenas de un claro descontento, ofensas a mi persona, cuestionamientos irrespetuosos, comentarios morbosos y comentarios que disfrazados de un aparente respeto, llevan la carga del malestar que quiere derramarse como bolsa de basura mal oliente sobre el que dio la anterior opinión. No describo nada nuevo, es lo que suele ocurrir en las redes sociales. A veces tengo la tentación de pensar que escribí lo que muchos quisieran decir pero no se atreven.

Metido ya en la vorágine del escrutinio social (al menos de unos 20 facebokeros, de los cuáles conozco a la mayoría), por mi sincero comentario, he pensado, contrario a lo que me aconsejan legalmente, en contestar la opinión más objetiva que me hacían:


Y a eso intento dar respuesta hoy, no sin antes recordar que todavía en Costa Rica tenemos libertad de decir lo que pensamos y que mis ideas, no pretenden convertirse en razones que luego sirvan como justificante para traerse abajo el prestigio de la institución universitaria que es la UCR. Si ese prestigio se viene abajo y se convierte en la opinión generalizada de los costarricenses, será por la culpa de otros o por haberse alejado de la búsqueda objetiva de la verdad, lo bueno y la belleza de lo creado.

Son ideas que he pensado como costarricense que en algún momento estuvo vinculado a la UCR y como costarricense que sigue pagando sus impuestos y puede exigirle más a las instituciones públicas de educación superior y sobre todo como padre de familia y docente que en algún momento tendrá que dar alguna recomendación. 

Debo decir que también he conocido las realidades académicas de otras instituciones privadas de educación universitaria en Costa Rica y en el extranjero y que esto me ha permitido poner en contraste el por qué alguien no debería estudiar en la UCR.

Razón 1-En la ciudad universitaria se ha ido intercalando la ideología de género en diversas realidades que tienen que ver directamente con el estudiantado, y que promueven sus posiciones ideológicas ante realidades en dónde debería imperar la búsqueda objetiva de la verdad y este proceso aparentemente justo y correcto, termina discriminando y crucificando a los que decimos que en materia de las realidades humanas como la naturaleza humana, la sexualidad, el matrimonio, se puede decir algo con cierto criterio objetivo.

A mi edad, nadie me va a cambiar mi modo de entender el mundo como algo razonable y como algo creado pero a los jóvenes estudiantes que vienen a la UCR movidos por el prestigio, sí que las posiciones ideológicas pueden generar un apartamiento del razonamiento objetivo de las realidades humanas. Un apartamiento de los pasos más básicos del método científico. En fin, una posición muy parcializada de las realidades humanas más evidentes. Las ideologías han sido uno de los errores más graves de la historia humana y cuando tocan el ambiente del pensamiento universitario; eso no me gusta. Recién di mi opinión sobre el apoyo que la Asociación de Estudiantes de Farmacia daba al aborto libre en Costa Rica y eso fue razón para recibir ofensas y críticas pasadas de tono e irrespetuosas y con argumentos altamente impregnados de ideología.

Razón 2-Los primeros años en la UCR, el estudiante vive en un mar nuevo de realidades tan variables y tan exigentes, que la falta de  atención personalizada del estudiante, hace que la riqueza pedagógica de esas realidades se vea disminuida. Básicamente el estudiante es un número en el sistema. He visto universidades, inclusive con más prestigio y con más estudiantes que la UCR, que logran personalizar la atención, tanto que el estudiante logra con éxito terminar su carrera en tiempo récord y no se queda 6-7 años de su vida en el ambiente universitario. Sitios como UCIMED saben atender de manera personalizada a sus estudiantes.

Estas dos razones,  me hacen plantear varios frentes de mejora:

1-Estar comprometido con la búsqueda de la verdad, el cuestionamiento intelectual y la observación objetiva y clara de las realidades, de lo creado y formar más la conciencia, para que esa visión no sea parcializada. Los griegos veían la realidad sin condicionantes, la veían como era, como algo dado.

2-Veo a cada estudiante, como el ser humano valioso y digno que es. Veo al estudiante con esa mirada que lo determina como todo lo bueno y competente que puede ser, como una realidad querida y creada.

No hay más que decir al respecto. Agradezco cualquier consulta respetuosa y ofrezco la posibilidad de pensar diferente a mis ideas, sin necesidad de llegar a la discusión ofensiva.

Por último, si ven las razones no tienen que ver con el profesorado de la Fac de Farmacia UCR, ni con la Facultad como tal. Así que si algún docente se sintió ofendido, ofrezco disculpas aunque la Facultad es parte integral del sistema universitario y las dos razones tienen que ver con ella también.

sábado, 23 de junio de 2018

Inicia una maravillosa etapa.


Hoy mi esposa se ha juramentado como médico especialista en medicina familiar y comunitaria, y me emociona tanto contarlo y lo estoy viviendo como si fuera yo quién recibe tan trabajada distinción.

Le pedí a mi esposa matrimonio justo un día antes de que diera inicio oficialmente su programa de posgrado. Guardaba aquella petición muchos santas razones, que son solo mías y de ella pero que como consecuencia, me daban la corazonada de que la historia juntos iba a ser única.

Justo unos meses después de casados, se cumplía la primera parte de un plan conjuntamente decidido: venía nuestro primer hijo. Ese primer fruto del amor mutuo que nos teníamos. El milagro de la vida llegaba a casa y también la incertidumbre (muy humana), sobre lo que iba a pasar con sus estudios.

Con una sonrisa en la cara y con esa determinación que mi esposa tiene, le hicimos frente a todo lo que significaba la llegada de un hijo, en medio de un ambiente profesional tan exigente como el ambiente laboral de un médico. 

Los meses fueron pasando, verla ya con su pancita, haciendo guardias nocturnas. Cenábamos juntos en el carro y tengo que decir que me dolía tanto en el corazón verla en esas circunstancias, tan cansada, también recibiendo las críticas negativas de sus propios colegas, pero era su sueño profesional, lo que añoraba y no podía más que rezar por ella, poner mi mejor cara y mi mejor cuchara (por lo de las cenas juntos), para darle un poco de ánimo.

Hasta este punto, podríamos decir que la cosa tuvo sus dificultades pero fue llevadero y manejable. Fue una escuela para madurar en la vida personal de cada uno y en la vida como padres. Felices padres primerizos. También nos enseñó que lo más importante, eran las decisiones que tomábamos como esposos, y en perspectiva, el posgrado era un reto académico muy especial pero no era un fin en si mismo; era un medio de mejora continua, de estabilidad familiar y claramente, un medio para que mi esposa se realizara profesionalmente, también una necesidad país que mi esposa tenía muy clara.

Como estas notas están hechas para la gente que nos conoce más de cerca, diré en pocas líneas (con la injusticia de no extenderme más en la descripción de los hechos), que la llegada de nuestro segundo, tercer y cuarto hijo; todos durante el desarrollo del posgrado de mi esposa; han sido, hasta la fecha, de los mayores actos disruptivos que como esposos y con la ayuda de Dios, hemos realizado, en una cultura hedonista y sumergida bajo los planteamientos de género.

4 niños pequeños, un matrimonio, el accidente grave de uno de los chicos, el internamiento hospitalario de uno de ellos, el volver a recomenzar después de un viaje al extranjero, etc parecen ser razones suficientes para haber decidido no seguir con el sueño profesional de mi esposa pero jamás fue una opción dentro de nuestros planes familiares.

El mérito pasa indiscutiblemente por la ayuda silenciosa pero inmejorable de toda la familia cercana. Mis suegros han sido como ángeles para sus 5 hijos y hoy lo siguen siendo para cada uno de sus 8 nietos. Cuantas madrugadas, cuantas carreras vivieron junto a nosotros para ayudarnos a sacar la tarea cotidiana: el trabajo de ambos, los resfríos, los ataques de asma de los pequeños, etc.

Lo que más recuerdo, es cuando llevaba a cualquiera de los cuatro a que mi esposa les diera leche materna a eso de las 9 de la noche, cuando le tocaba guardia; nunca faltaba un  “gallito”, un consejo, una oración y miles de cosas más que la injusticia de no encontrar palabras, me pasa la factura.

Cuando veo en perspectiva la historia detrás de este gran logro de mi esposa, veo el milagro de la fuerza que Dios le ha dado para saber llevar con valentía y entrega su decisión de ser esposa, madre y profesional al unísono. Veo la educación que le dieron mis suegros para ser perseverante y luchadora. Veo la grandeza de una mujer que a diferencia de muchas otras, ha decidido tener un matrimonio cristiano, sin barreras para que la vida llegue a su hogar, a nuestro hogar.

Mi esposa ha hecho lo que muchas mujeres no hacen hoy: ha engendrado la vida, ha estudiado y ha alcanzado éxito profesional siendo madre de 4 niños, ha roto el esquema ideológico que engaña a la mujer y la hace creer que la maternidad es lo peor que puede pasarle a su vida profesional.

Ella ha enfrentado en su trabajo el rescoldo de machismo que aún queda en nuestra sociedad pero le ha tocado enfrentar en más ocasiones, las consecuencias de la implantación de la ideología de género en la seguridad social costarricense, en el subconsciente de sus amistades más cercanas.

Sé que las letras se quedan cortas para describir lo que hoy mi corazón quiere dejar en este blog pero alcanza a contar un poco lo que callan las mujeres y las familias que en silencio van construyendo la Costa Rica que queremos para nuestros niños: una sociedad amigable con la familia de uno y una y  para siempre, respetuosa de los valores fundamentales, no ideologizada y cristiana.

A la Luna de dos años

  Que me inspiras la vida.  Hoy te he visto un segundo, una hora, un día completo. Hoy tengo el privilegio de cuidarte, de ser tu guardian, ...